Ando lo más rapido posible pero mis zapatos no me dejan llegar a tiempo a todos las paradas y atajos que hay en mi camino.
He aprendido que con mis zapatos viejos y rotos no puedo llegar bien a ningún lugar, que cuando llego todos se han ido, todo ha acabado, cuando llego a la ciudad se ha quedado a oscuras y sin vida, y la gente ha desaparecido...
Solamente quedo yo en mitad de la nada con mis zapatos rotos...
Y es entonces cuando pienso que es el momento de comprarme unos zapatos nuevos, unos con los cuáles pueda llegar a tiempo a las escenas de mi vida...
*Mara Manzanares*
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